Sobre cultura organizacional, autocuidado y el rol estratégico del sueño en el liderazgo

En Dragonfly creemos que las conversaciones más transformadoras son aquellas que muestran cómo el liderazgo puede ser una fuerza de cambio humano y sostenible. Por eso, hablamos con Pamela Smith, fundadora de HR Way y socia en Yellow Brain, reconocida en el Top 25 de Gerentes de RRHH en LATAM por DCH (2023), quien ha liderado procesos de cultura y alto rendimiento en distintos países de la región.

Con una visión fresca y estratégica, Pamela comparte cómo el autocuidado, el respeto por los ritmos de las personas y la incorporación del sueño en las prácticas organizacionales pueden convertirse en verdaderos catalizadores de productividad y bienestar.

Aquí te compartimos nuestra conversación.

¿Qué factores consideras que más afectan la productividad laboral hoy en día? Diría que dos cosas: la ansiedad y la falta de liderazgo. Muchas veces no tenemos espacio para ser nosotros mismos, y eso se traduce en un desequilibrio que bloquea el potencial de las personas. Vivimos en una cultura que nos educa desde el miedo, desde la exigencia de ser perfectos, y eso genera un nivel de presión que afecta profundamente el rendimiento.

¿Qué impacto puede tener el sueño en los objetivos de una organización? Es altísimo. Cuando llegué a mi equipo, trabajaban hasta la medianoche. Cambiar ese tipo de hábitos no fue fácil. Al principio les costó adaptarse, pero con el tiempo mantener las comunicaciones dentros del horario laboral mejoró su desempeño, su calidad de vida, comenzaron a hacer ejercicio, a dormir mejor. Incluso sus familias notaron el cambio. Yo también dormía con ansiedad, como muchos los domingos, pensando en la semana. Eso bajó. Dormir bien te cambia la energía, te cambia la vida.

¿Qué tan presente está el tema del sueño en las estrategias de bienestar que has vivido o liderado? He visto que se mencionan cosas puntuales en charlas o espacios con psicólogos, pero no como una estrategia integral. En organizaciones anteriores sí viví lo contrario: dormía cuatro horas, literalmente. Hoy duermo nueve y me doy cuenta del contraste. En mi entorno actual, culturalmente no existe esa presión constante ni esa ansiedad estructural, y eso se siente en cómo la gente se cuida y en cómo rinde.

¿Crees que sería valioso incluir el sueño como parte activa de una estrategia de bienestar y productividad? Sí, pero el negocio tiene que estar alineado. Puedes tener la mejor estrategia, pero si la cultura del negocio va en contra, no funciona. En mi caso, la operación está diseñada para respetar los ritmos del día y promover el equilibrio. Pero he trabajado en entornos donde la gente literalmente dormía en la oficina. La cultura lo es todo.

¿Qué condiciones crees que deben darse para que el sueño sea tomado en serio como tema organizacional? Primero, trabajar con Recursos Humanos. Luego, formar a los líderes. Si un líder no respalda la estrategia o actúa en contra, nada de lo que diseñes va a calar. Hay que educar, sensibilizar y luego acompañar. En una organización grande, el liderazgo es el canal clave para bajar cualquier mensaje. Sin ellos, el cambio no ocurre.

¿Alguna vez han hecho encuestas o diagnósticos para saber cómo está durmiendo la gente en tu organización? No. Y me parece una idea excelente. Nunca lo había pensado así, pero tiene todo el sentido. Entender cómo está durmiendo la gente puede ser el punto de partida para muchas mejoras. Me parece un enfoque muy útil.

La voz de Pamela refleja una convicción poderosa: cuando las organizaciones cuidan el descanso de sus equipos, abren la puerta a una cultura más humana, innovadora y sostenible. Se trata de inspirar un equilibrio que impacta la vida de las personas dentro y fuera del trabajo.

En Dragonfly acompañamos a líderes y empresas a explorar estas perspectivas y a crear entornos donde el bienestar y la productividad caminan de la mano.

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